La confianza en Dios



No ponga tu confianza en los eventos naturales, pon tu confianza en Dios.


A diario se nos presentan realidades, cosas que son reales de acuerdo a lo natural, pero estas situaciones que se nos hacen evidente, no podemos hacerlas nuestra, porque nuestra realidad no es la que podemos ver de forma natural, sino la que está escondida en Dios. Pero muchas veces no entendemos esto, y hacemos de los acontecimientos naturales nuestra realidad, nos apegamos a ellos como si fuera la última opción, y nos olvidamos de la realidad de Dios.


Cuando hacemos esto de olvidarnos de la realidad que el Padre tiene para nosotros, que es nuestra verdadera realidad, estamos poniendo nuestra confianza en los eventos naturales que nos acontecen y no en Dios. Tenemos que confiar en Dios a pesar de lo que nos pase, entendiendo que nuestra realidad no está en los eventos naturales, sino en nuestro Padre Celestial.


Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.

Daniel 6:10


A Daniel se le presentó un conflicto( una situación difícil), pero esto no hizo que él pusiera su confianza en lo que le estaba pasando, él seguía confiando en el Padre Celestial, como lo hacía antes. Daniel sabía que solo era una realidad natural, y que su realidad se encontraba en lo sobrenatural, por eso él no se dejó intimidar, porque él no vivía de lo natural, sino de lo sobrenatural.




La realidad natural no es tu realidad, tu realidad está en Dios. No confíes en lo que puedes ver de forma natural, confía en Dios que es quien tiene tu destino final.


Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios.

Daniel 6:23


A Daniel no le pasó nada, él salió de esa situación difícil que se le presentó, Dios lo sacó, cerró la boca de los leones para que a él no le hicieran daño. ¿Pero qué hizo Daniel cuando se le presentó el problema?¿ Confió en el problema o confió en Dios? Él confió en Dios, y Dios se hizo presente en aquel lugar y lo libró.


Cuando no confías en la realidad que puedes ver en lo natural, sino en Dios, Él se muda contigo para darte la victoria, por difícil que parezca la situación. Cuando te mueves confiando en la realidad que hay en Dios para ti, Él se hace presente y muestra al adversario su poder otorgando tu verdadera realidad.





¡Quién me diera quien me oyese! He aquí mi confianza es que el Omnipotente testificará por mí, aunque mi adversario me forme proceso.

Job 31: 35


Aunque se levante el enemigo tenemos que seguir creyendo, porque ese es su objetivo, que dejemos de confiar para que no disfrutemos de las bendiciones que Dios tiene para su pueblo. El adversario puede hacer lo que haga, pero si confía en Dios y no en lo que él está haciendo, Dios se moverá a tu favor y lo dejará en vergüenza como hizo con Daniel.


El truco está en entender que no dependemos de lo natural, y por tanto, no confiar ni agarrar los acontecimientos naturales como qué es lo que nos toca para nuestras vidas, sino saber que nuestra vida depende de Dios y que es Él quien tiene la última palabra en todo. El mundo te presenta un acontecimiento, es lo que ve, pero debes de mirar como en el invisible, y perseguir confiado lo que Dios tiene para ti.


En lo natural a Daniel se le presentó un edicto, pero él se enfocó en lo que había en Dios para él, y en eso confió. ¿Y que vio Daniel? Daniel vio a Dios en medio de su proceso, porque Dios no deja en vergüenza aquellos que en Él confían.


Clamaron a ti, y fueron librados; Confiaron en ti, y no fueron avergonzados.

Salmos 22:5


Sea cual sea el evento natural que se te presente, haz como Daniel, clama al Padre, da gracias a Él, confía en Él, porque Dios conoce a los que en Él confían y los libra. El Padre te librará, dejando en vergüenza al adversario que se  ha levantado contra ti





Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos.

Isaías 26:4

En Dios está todo lo que necesitamos, pero tenemos que confiar en Él, para que Él se haga presente en cada una de nuestras necesidades, como lo hizo con Daniel. Dios no se va a mover donde no lo anhelan, no lo honran, no lo adoran, no le agradecen, donde no claman. El Padre envió su ángel al lugar que se encontraba Daniel, pero ¿Qué hizo Daniel cuando se le presentó el problema? Mira lo que Daniel hizo:

Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.

Daniel 6:10

Muchas veces queremos ver las manos de Dios en nuestra vidas, pero no hacemos nada para atraer a Dios a nuestro entorno, no adoramos, no oramos, no hablamos con Él, y así queremos que el Padre se mueva con nosotros y por nosotros. Yo te pregunto: ¿Caminaría tu con alguien que no te llama, que no te busca, que no confía en ti, y que no te conoce?

Para que alguien se mueva con otro y por otro, debe de haber una buena relación, deben conocerse y comunicarse, porque nadie camina con quien no confía. Por eso para ver a Dios como lo vio Daniel, tenemos que incrementar nuestra comunicación  con Él, relacionarnos con Él y confiar en Él; y de esta forma lo vamos a ver en nuestras necesidades como lo vio Daniel. 

Dios te bendiga, Dios te guarde pueblo amado del Señor.






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