Orando como Jesús nos enseñó
El padre nuestro
Tenemos un modelo de oración dejado por nuestro Señor Jesucristo, es un diseño especial del cual nos debemos guiar para que nuestras oraciones sean poderosas, porque nos indica paso a paso lo que debemos de hacer mientras oramos.
Jesús oraba siempre y sus oraciones eran oídas por El Padre, el poder de Dios era manifiesto en sanidades y prodigios todos los días, porque Jesús mantenía una relación continua con el Padre. Los discípulos que estaban con Jesús veían a Dios a diario por medio del maestro, y se daban cuenta que él no paraba de hablar con el Padre, porque pasaba mucho tiempo orando, por lo que ellos entendieron la importancia de la oración y le dijeron que le enseñe a orar.
Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.
Lucas 11:1-4
Jesús nos enseña a orar, él nos deja un modelo de oración muy poderoso, el cual debemos meditar muy detenidamente en nuestro tiempo de oración.
Padre nuestro que estás en los cielos:
Lo primero que debemos de hacer en nuestras oraciones es reconocer que tenemos un Padre Celestial, y que ese Padre es Dios, que por lo tanto no somos huérfanos y que tenemos que orar como tal, como hijos de Dios.
Una oración de hijo a padre es una oración con confianza, sinceridad, humildad y dependencia, porque los hijos acuden a los padres, entendiendo que dependen de ellos y que los padres los aman, y por tal razón los ayudarán en sus necesidades. Por eso siempre debes ir a Dios entendiendo que es tu Padre, que eres su hijo y que Él te ama.
Santificado sea tu nombre:
Tenemos que adorar a Dios, reconociendo su santidad, soberanía y atributos, y así expresarlo en nuestro momento de oración. Porque nuestro Dios es Santo, Digno, Grande y poderoso, no hay nadie como Él, su gloria llena la tierra. Aleluya.
Venga tu reino.
El reino de Dios es sanidad, liberación y el poder de Dios manifiesto en nosotros. Por eso Jesús nos enseña que debemos pedir que venga el reino del Padre, porque si Él reina en nosotros, su poder será manifiesto y habrá orden en nuestras vidas, porque tendremos sanidad y liberación y todo lo es del reino.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Siempre debemos orar por la voluntad del Padre, no por la nuestra, cuando queremos algo debemos pedirlo a Él, pero que nos lo de si es su voluntad. Debemos pedir que sea su voluntad en todo como lo es en el cielo, y si así lo hacemos, les aseguro que nos irá mejor, porque la voluntad de Dios es perfecta y agradable, y sometidos a ella, solo vamos a disfrutar del bien de Dios.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Tu puedes pedir a Dios lo que necesite, le puedes pedir todos los días, por sencillo que parezca lo puedes pedir a Él, porque Dios es tu Padre y tu depende de Él.
Lo peor que hemos hecho es creernos que somos independiente de Dios, y todo querer hacerlo con nuestra propia fuerza. Es tiempo de entender que tenemos un Padre, que dependemos de Él, y que podemos contar con Él.
Dios es el encargado de darnos el pan de cada día y todo lo que necesitamos, Él es quien nos da todo, y muchas veces ni nos recordamos de nuestro Padre, creemos que todo lo que alcanzamos es por nuestra propia fuerza.
Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben.
Debemos arrepentirnos, y pedir perdón a Dios por nuestros fallos y errores siempre, porque todos los días pecamos. Muchas veces conscientemente y otra inconsciente, pero sucede, y por eso debemos pedirle que nos perdone. Pero hay algo muy importante, tenemos que perdonar a los que nos han ofendido, porque si no lo hacemos, El Padre Celestial no nos perdona.
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.
Como hijo de Dios podemos pedirle que no nos deje caer en tentación y que nos libre de todo mal. Dios es Todopoderoso y cuando sus hijos le piden con fe, Él les responde, dándole lo que les piden si es su voluntad. Y es la voluntad del Padre guardar y librar a sus hijos de todo mal y peligro, y suplirlos de todas sus necesidades.
Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Lucas 11:9-10
Jesús nos enseña que debemos mantener una comunicación activa con el Padre, muchas veces no lo hacemos, quizás no lo consideramos tan importante, pero Jesús nos indica que hablar con Dios, contarle nuestras necesidades y condiciones es la mejor decisión, porque los que lo hacen son los que reciben respuestas.
Pide al Padre lo que necesites, busca en Él lo que te falte, llámalo cuando estés en apuro, porque eres su hijo y Él es tu Padre, y siempre está dispuesto a socorrerte en cualquier necesidad.
¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
Lucas 11:11-13
Jesús nos explica la disposición del Padre de darnos lo que le pedimos, y para esto el toma como ejemplo los padres terrenales, porque aun los padres terrenales quieren servir de la mejor manera a sus hijos, dándole todo lo que necesitan, y si eso siendo malos ¿Cuánto más nuestro Padre Celestial nos dará lo que le pedimos?
Debemos reconocer que tenemos un Padre al cual clamar, y como hijos acudir a Él, y sin importar la condición, por sencilla o difícil que parezca, hablar con Dios entendiendo que en Él está la respuesta que necesitamos.
Jesús nos enseña que somos hijos de Dios, que debemos adorarle, relacionarnos con Él y depender de Él. En lo primero que Jesús hace referencia en este modelo de oración es en la relación que debemos de tener con Dios como hijos suyos, o sea, que para adorar al Padre primero tenemos que ser hijos. Solo los hijos adoran al Padre, y así mismo claman para que venga su reino, y para que todo sea de acuerdo a su voluntad.
Esos hijos que dependen del Padre son los que le piden el pan de cada día y lo piden con mucha humildad, piden perdón a Dios arrepentidos y perdonan a los demás fácilmente, porque reconocen que todos fallamos y que para ser perdonados tenemos que perdonar.
Dios te bendiga, Dios te guarde pueblo amado del Señor.
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