Crecimiento y vida espiritual saludable

 



Vida espiritual saludable


Para tener una vida espiritual saludable necesitamos sacar de nuestras vidas algunas cosas que nos impiden crecer espiritualmente, porque no son del agrado del Padre, pero estas son agradables para nosotros cuando no somos guiados por el Espíritu, sino por los deseos naturales. Porque los deseos naturales controlan al hombre, si no es guiado por el Padre y está conectado a lo sobrenatural de Dios, logrando así que todas sus acciones sean desagradables antes los ojos de su creador.


Es por eso que debemos sacar aquellas cosas que no le agradan a Dios, porque son acciones que cada día nos alejan más de la presencia del Padre, evitando así que alcancemos una vida espiritual saludable, manteniendo a los individuos cada vez más alejado de todo lo que es de Dios.


Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.

Romanos 8:5


Debemos identificar en qué estamos pensando y cuales son las cosas que nos preocupan, identificado esto, vamos a poder decidir correctamente para crecer y obtener una vida espiritual saludable. Un crecimiento espiritual siempre va a depender de una revisión interna del individuo, porque sólo así hará los cambios necesarios para ser catapultado a las profundidades del Espíritu Santo de Dios, ver el crecimiento anhelado; y disfrutar de la presencia del Señor. 


Los que viven según las inclinaciones de la naturaleza débil, sólo se preocupan por seguirlas; pero los que viven conforme al Espíritu, se preocupan por las cosas del Espíritu.

Romanos 8:5


La naturaleza débil son todos aquellos deseos desordenados que controlan al individuo, esto que logran por completo ocupar su mente, y así cada una de sus acciones, a tal punto, que solo se ocupa por seguir las órdenes naturales y nada que que ver con lo del espíritu. Pero sucede lo contrario con los que viven conforme al espíritu, estos se preocupan por las cosas del espíritu, dejando de lado todo aquello que limita su vida espiritual.



Los que viven de acuerdo al espíritu conocen las recompensas de vivir para Dios, y las consecuencias de vivir una vida de acuerdo al mundo, haciendo todo lo contrario a lo que Dios manda, y por eso deciden dedicar sus vidas para agradar a Dios y así recibir el premio de la obediencia. Pero los que no tienen este conocimiento, muchas veces reciben consecuencias inesperadas, porque no comprenden que servir al mundo y a los deseos naturales no es del agrado de Dios.


Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.

Romanos 8:6


Debemos hacer los cambios necesarios para obtener una vida espiritual saludable, ya que es la mejor manera de librarnos de la muerte, y tener una vida de paz. Pero una vida espiritual saludable no se consigue haciendo lo que nos parece, siguiendo los deseos desordenados que están en nuestras vidas, sino negándonos a ellos y dedicarnos a vivir conforme al espíritu como Dios quiere.


Tenemos que sujetarnos a la ley de Dios y movernos bajo sus órdenes para no ser intimidados, atemorizados, y gobernados por el reino de las tinieblas. Este reino se organiza y crece cada día, así tenemos nosotros los hijos de Dios que crecer en el espíritu para vencer.  Pero para alcanzar ese crecimiento espiritual tenemos que ser humildes, no podemos actuar con orgullo, sino con humildad y sumisión en cada una de nuestras acciones. 


La humildad



La humildad es uno de los factores fundamentales para el crecimiento espiritual de los hijos de Dios, ya que cuando eres humilde no te crees más de lo que eres, ni pretendes merecer más de lo que mereces. Nunca te crees más que los demás, nunca te crees saber más, y actúas con justicia frente a cualquier situación. Pero no pasa igual con los orgullosos, porque estos poseen sentimientos totalmente contrarios a los antes mencionados.


¿Qué es el orgullo?

El orgullo es arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que suele conllevar sentimiento de superioridad.


Por eso el orgulloso no crece espiritualmente, porque el orgullo no le permite reconocer su realidad, y por tanto, no sabe quién es ni donde se encuentra. Este no reconoce sus errores, y si algo sale mal, siempre la culpa es de los demás. Es la típica persona que siempre refuta con argumentos negativos las acciones de los otros, porque solo él hace las cosas bien. No valora las acciones de los demás, no conoce la honra, cuando alguien es reconocido se siente mal, porque entiende que solo él es merecedor de tal cosa.


La envidia y los celos caracterizan a este tipo de gente, es que cuando ven el bien de otros se activan estos espíritu y no hayan que hacer, entonces le coge con perseguir y argumentar negativamente contra aquellos, porque no soportan ver la bondad de Dios en las vidas de los otros. Pero el que es humilde, crece cada día más en Dios, porque Dios está con los humildes, más, mira de lejos a los orgullosos.


¿Qué es la humildad?

La humildad es una virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento. 

También es sumisión y rendimiento




Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos.

Salmos 138:6


Por eso ser humilde es la base fundamental para una vida espiritual saludable, porque el orgullo nos aleja de Dios, y mientras más se afana el orgulloso por alcanzar al humilde, más se destruye, porque el orgulloso no puede actuar con justicia. El humilde no compite, respeta, valora y honra al que honra merece, pero el orgulloso vive en competencia, quiere lo que tienen los demás, pero no hace lo que hacen ellos para lograrlo.


El que es humilde cuando tiene una dificultad se humilla a Dios y se sumerge a El, ora y espera en Dios, entendiendo que Dios es poderoso, y que es el único que lo puede librar y sacar de cualquier situación difícil. Mientras que el orgulloso se enaltece, pelea con su propia fuerza, y culpa de sus desgracias a todo el que le rodea.


El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído,

Salmos 10:17


Si podemos entender esto y sacamos el orgullo de nuestra vidas y nos humillamos a Dios, vamos a tener victoria en todas las áreas de nuestra vida, porque Dios atiende al humilde, los salva y los pone en las alturas. 


Salmos 10:17 (Biblia Dios habla hoy)

Señor, tú escuchas la oración de los humildes, tú los animas y los atiendes.




La palabra de Dios es clara, aquí no me dice que Dios escucha la oración de los orgullosos, que los anima y los atiende. Me está diciendo, que Dios escucha la oración de los humildes, los anima y los atiende. Por eso te digo que el paso primordial para el crecimiento espiritual de los hijos de Dios, es radical con el orgullo, humillarse y someterse a Dios, porque como decíamos anteriormente, ocuparse de la carne es muerte, pero ocuparse del espíritu es vida y paz. 


Porque cuando nos movemos en humildad, todo lo que hacemos es bajo los principios divinos, pero si somos movidos por el espíritu de orgullo, todo lo que hacemos es para satisfacer nuestro deseos y nuestro ego, nada que tenga que ver con lo espiritual,  y por eso trae muerte y destrucción a las vidas de los hombres. 


Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.

Lucas 14:11


Para alcanzar el crecimiento espiritual que anhelamos, y obtener una vida espiritual saludable, además de reconocer las cosas que andan mal en nuestras vidas y cambiarlas, también debemos reconocer las características del orgullo para sacarlo de nosotros y actuar con humildad. Porque el que actúa con orgullo, enaltecido actúa, y es ahí que viene a él la humillación, pero el que actúa con humildad, sus acciones son diferentes, actúa con sencillez y sumisión, por eso recibe la recompensa de ser ensalzado y levantado. 


Queda completamente claro que el orgullo es enemigo de la vida espiritual del hombre, y que solo lo envuelve en los deseos naturales y en todo lo que es del mundo. En cambio la humildad lo conecta directamente al cielo, para mantenerlos en comunicación continua con el Padre, proporcionando así a través de ella, una muy buena relación con Dios. Una relación que nos proporciona una vida espiritual saludable, y el crecimiento espiritual esperado.


Dios te bendiga Dios te guarde pueblo amado del Señor.


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