Cumpliendo la asignación del Padre a pesar de la tempestad
Como cruzar al otro lado a pesar de los obstáculos
En este camino siempre se van a presentar tormentas y tempestades, pero a pesar de ellas, tenemos que avanzar y llegar al otro lado a cumplir con lo que Dios nos ha indicado. Ellas se levantan con el fin de intimidarte y detenerte, pero tu tienes que hablarle con autoridad y continuar, tiene que ordenarle que se aquieten, de acuerdo a la orden que tu tienes de parte Dios, y ellas tendrán que obedecer, y tu cruzaras al otro lado a cumplir con aquello que Dios te indicó.
No solo pasa contigo, que al momento de emprender cualquier camino se levanta una tempestad, también pasó con Jesús. Desde que él dijo crucemos al otro lado, se embravecieron las aguas y los vientos, con fin de intimidar y detener lo que estaba por ocurrir. Pero Jesús se levantó y reprendió los vientos contrarios, aquellos que querían provocar un aborto del plan de Dios en aquel lugar.
Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.
Marcos 4:35-39
Los vientos obedecieron las órdenes de Jesús y hubo gran bonanza. Ya ves, Jesús dormía en el camino, pero cuando se presentaron los vientos contrarios, su decisión fue reprenderlos, y al mar le ordenó callar y enmudecer. El no hizo más nada con este evento que pretendía intimidar y detener lo que estaba por suceder, el solo dio orden de tranquilidad y paz.
Aquí Jesús nos enseña lo que tenemos que hacer cuando se nos presente una tempestad en el camino. Primeramente debemos de ir en el descanso de Dios y en su reposo, y confiados en Él que es el dueño de la obra a realizar, no tenemos que ir con afán, sino convencidos de su poder y autoridad, para no dejarnos amedrentar por ningún levantamiento que nos quiera detener.
Pero tenemos que identificar la tempestad que tenemos en frente, esa que se ha levantado para limitarnos y no dejarnos avanzar, porque tenemos que llamarla por su nombre, para ordenarle que se someta a la obediencia de Cristo Jesús. Cuando tú la identificas y le das las órdenes de acuerdo a las órdenes que tú tienes de parte del Padre, esos vientos contrarios tienen que obedecer, para tu avanzar y llegar al otro lado.
También tenemos que tener claro cuales son las órdenes asignadas por Dios para nuestras vidas, porque tenemos que entender que no caminamos por caminar, sino porque hay algo que realizar en aquel lugar de parte del Padre. Y que entendiendo la asignación que tenemos de Dios, la cual debemos realizar, tenemos que reprender las tormentas y tempestades que se levanten queriéndonos detener.
Los vientos contrarios te quieren limitar y destruir, pero no puede quedarte ahí, porque hay alguien que te espera del otro lado que será libre a tu llegada; por tanto tú debes cruzar. No puedes permitir que la tempestad te destruya quedándote quieto sin hacer nada, debes sacudirte, y correr a cumplir con la asignación que tienes de parte de Dios.
Quizás tu tormenta es el pasado, quizás tienes un pasado doloroso, el enemigo lo sabe y por eso te lo recuerda a diario para detenerte y terminar de destruirte. Pero Dios a pesar de tu pasado puso una asignación en ti, una de vida que debes cumplir, no te quedes en el pasado, avanza con la asignación de vida de parte de Dios.
Las aguas se embravecen, los vientos se tornan violentos, recordándote todo aquello que te ha hecho sufrir, ocasionando conflictos con los que te rodean, pero tú debes descubrir por qué. La única razón es impedir que llegues al lugar que Dios quiere. Satanás no quiere que cumplas tu asignación de parte de Dios, no quiere que las personas sean sanadas, ni quiere que sean liberadas, y por eso se levanta de cualquier manera, para ocasionar caos y turbulencia mental en ti.
Quiere ocupar tu mente por completo, trayendo recuerdos perturbadores, para mantenerte atado y que no puedas continuar. Quiere que solo pienses en el problema, para evitar que puedas avanzar, y que no puedas llegar a liberar y sanar a aquellos que esperan por ti. Pero no te dejes amedrentar, confía en Dios y ordena a las aguas quedarse quieta, y avanza entendiendo que hay personas que esperan por ti.
Identificada la asignación de parte del Padre, ninguna tempestad te podrá detener, cuando se presenten los vientos contrarios en el camino, le ordenará someterse a los pies de Jesús, y avanzará hasta llegar al otro lado. No detendrás hasta llegar al cumplimiento del plan de Dios, que es llevar sanidad y liberación a los necesitados que esperan el bien de Dios, a través de ti.
Dios te bendiga Dios te guarde pueblo amado del Señor.
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