Ungido por Dios

 


Ungido por Dios


Mientras David huía de Saúl, cuando lo perseguía para matarlo, solo huía, y aunque Saúl a veces le era puesto en sus manos, él no le hacía daño. Él decía “líbreme Señor de tocar el ungido de Jehová”. Cuando David decía esto, él lo que estaba diciendo era, pero en otra palabra, líbreme Dios de detener el propósito y el plan de Dios, porque David sabia el valor de la honra y de la obediencia. 


Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová.

1 Samuel 24:6


El temor a Dios que tenía David era tan grande, que él prefería dejarle todo a Él y no adelantarse al tiempo, porque si por desesperación decidía algo fuera del plan de Dios, esto podría entorpecer o detener su propósito. Este siervo del Señor sabía, que como Dios lo mandó a sacar de los secretos de su padre, así también lo sentaría en el trono como lo había dicho, él sabía que solo era cosa de tiempo.


He aquí han visto hoy tus ojos cómo Jehová te ha puesto hoy en mis manos en la cueva; y me dijeron que te matase, pero te perdoné, porque dije: No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de Jehová. 1 Samuel 24:10


Por más oportunidades que tengas de tocar el ungido de Jehová, no lo hagas, no detengas el plan de Dios. Aunque consideres que lo que hace no esta bien, respétalo y hónralo, y que sea Dios que juzgue sus obras no tú. Todo lo que ha pasado ha sido decisión de Dios, no tuya. Si todo ha sido por su mano, ¿Para qué tienes que hacer algo? Si Dios lo hizo por ti, no tienes que hacer nada: todo ha sido decisión de Dios. Solo tienes que cuidar de seguir caminando como lo has hecho, y que tus caminos sean siempre del agrado de Dios. 



Cuando respeta las decisiones de Dios, siempre tendrás victoria, aunque veas todo oscuro y piense que perecerá en medio de la persecución, pero si te mueves en obediencia, temor y reverencia a Dios, Él tomará el control de los que te atacan, y los dejará en vergüenza.


¿En cuál posición te encuentras?


¿Estas siendo perseguido o estas en el desierto? Son dos posiciones y cada una tiene su secreto: David estuvo en cada una de estas posiciones, y en cada una obtuvo la victoria. Pero en cada posición hay una gran diferencia: mientras David cuidaba las ovejas de su padre, no había sido ungido como rey de Israel, pero cuando huía de Saúl, ya era el ungido de Jehová. Esa es la gran diferencia de cada posición: en el desierto nadie te persigue, pero si eres el elegido, pues ya viene la persecución.


¿En cuál de las dos estás tú?


¿Estás siendo atacado o estás en el desierto? En cada una de estas posiciones que tuvo David, él siguió siendo el mismo hombre valiente y humilde. ¡Y cuánto valoraba cada posición¡ Cuando decía “líbrame Señor de tocar el ungido de Jehová”, él sabía el nivel que había alcanzado y conocía la posición en la cual se encontraba. David siempre valoró cada posición en la cual se encontraba, siempre la reconocía, ninguna le pasó desapercibida.


En cualquier posición que tú estés, haz lo que tengas que hacer: no te duermas, mantente en expectativa, valorando esa posición en la que estás. Porque si estás en el desierto, si haces lo que tienes que hacer en dicha posición, serás mandado a buscar, sacado del desierto y levantado por Dios. Él te verá y te levantará. Y si estás siendo atacado, es porque has tenido grandes victorias y has matado diez miles, que otros no han podido matar como pasó con David.


Perseguido pero no vencido





Si estás siendo perseguido, es porque has vencido a un gran gigante. La primera posición es tan importante como la segunda, porque sin la primera no se llega a la segunda, y sin la segunda no se llega al propósito de Dios. Así que vamos a valorar la posición en la que nos encontramos, porque cuando la valoramos y hacemos lo que tenemos que hacer, es que pasamos al próximo nivel.


Cuando estás en persecución, es porque has enfrentado a gigantes que otros no han podido enfrentar, y has vencido a gigantes que otros no han podido vencer, por esta causa eres atacado, porque has hecho lo que otros no han podido hacer. 


1 Samuel 17- 32/36

dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo. Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. 


David enfrentó a un hombre, que ni Saúl ni su ejército pudieron enfrentar, venció un gigante que ninguno pudo vencer: ese que intimidaba a todo el pueblo, David lo enfrentó y lo venció. Al igual que él estaba siendo atacado por haber tenido grandes victorias; así estás tú, recibiendo ataques y persecuciones, por las victorias que has tenido. Pero tú no puedes ver a los que te atacan en medio del proceso: tienes que ver las grandes victorias que has tenido, y entender que precisamente eso es lo que quiere impedir el enemigo; que llegues a las próximas victorias que son mayores. Que son el trono: el cumplimiento de lo que Dios ha dicho. 



Tienes que entender que no fuiste sacado de la posición anterior para huir, sino para llegar al próximo nivel. Tienes que entender que fuiste sacado de la posición anterior para seguir venciendo esos gigantes que intimidan y limitan el pueblo de Dios, aquellos que ellos no pueden vencer. Eso de la persecución es solo un proceso, el cual no te puede detener. 


En el cuidado de las ovejas, allí nadie te ve ni te toma en cuenta, nadie te tiene pendiente, pero cuando eres movido de allí, entonces produces celos y envidia ¿Cuál prefieres? ¿Prefieres cuidar a las ovejas o ser perseguido? Si estás en el cuidado de las ovejas tienes la oportunidad de que Dios te mande a buscar, si haces lo que tienes que hacer allí, y si estás siendo atacado por el enemigo, es porque te espera un lugar más alto.


Por más que te persigan y te quieran matar, si esperas con paciencia, ese es el lugar que te toca: el que Dios ya dijo. Nada impedirá que ocupes tu lugar. Ser perseguido y atacado no es quizás la mejor posición: es totalmente incómodo tener que vivir bajo una persecución. Claro que sí, pero si estás huyendo, es porque has hecho algo que otros no se han atrevido a hacer, es porque te has enfrentado a algo que otros temían enfrentar, y es porque has vencido donde otros no han podido vencer. Es porque ya los aires saben y el diablo sabe, que ira al próximo nivel. Ya lo sabe el infierno, así que ten paciencia con el ungido, ya que también eres un elegido de Jehová. 

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