Gratitud e Ingratitud

 



Un ser agradecido


Gratitud es el sentimiento que experimenta una persona al estimar un favor o beneficio que alguien le ha concedido. Al sentir gratitud, el sujeto desea corresponder el mencionado favor de alguna manera.

La gratitud es un sentimiento que no posee todo el mundo, porque para poseerlo, la persona tiene que reconocer su condición para entender que no todo lo merece, y que por tanto, muchas veces son favores inmerecidos que llegan por gentileza y buen corazón de la otra parte. Pero muchas veces ese no es el caso, sino que la persona piensa que todo el bien que llega a su vida, es porque se lo merece, y que por tanto, no hay por qué agradecer a nadie el favor concedido.

Un ser humano agradecido es una persona que valora todo acontecimiento que suceda en su vida, por simple que parezca lo acontecido, la acción de gracia nunca está ausente, porque es un sentimiento que guarda en su corazón, y en los momentos necesarios sale por sí solo. Esta persona comprende que no es perfecta, que comete errores  y  que no es merecedora de todo el bien que le he otorgado, comprende que no es digna de tanto amor y bondad, sino que esto llega a su vida porque hay uno que es bueno y hace posible todo eso.

Agradecer: dar gracias por un beneficio recibido

A ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey.

Daniel 2:23


Daniel dio gracias a Dios por todo lo que hizo por él, y por lo que le dio. Dios le dio sabiduría y fuerza y le reveló lo que estaba secreto aun del rey, librando de la muerte a él y a sus compañeros, y por todo esto, Daniel le daba gracias y alababa su nombre.

El que es agradecido tiene una visión clara, ve todo lo que hacen por él y nunca lo olvida, cuando alguien le hace el bien, dentro de ese individuo se produce un gran sentimiento, que solo quiere recompensar o agradar de cualquier forma, a aquel que le proporcionó el favor.

Este sentimiento se llama gratitud, lo cual no lo posee todo el mundo, porque para poseerlo se necesita ser libre en Dios. Porque la gratitud no es solo agradecer con una expresión, cuando recibes un servicio de alguien, sino que es un sentimiento que se mueve dentro de ti, y te impulsa a la acción en beneficio de aquellos que te han favorecido.  

Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.

Daniel 6:10




El agradecido depende Dios, y estén como estén las cosas, le da gracias por todo. Daniel tenía un edicto firmado en su contra, pero él conocía su Dios, y como el agradecimiento no es circunstancial, sino que es un sentimiento que está dentro de los que lo poseen; por tanto, él abría las ventanas, oraba y daba gracias delante de Dios como lo hacía antes.

Agradecer en medio del problema no lo hace cualquiera, muchas veces creemos que la gratitud son meras palabras, pero no, es un valor que está muy dentro de aquellos que aman a Dios y viven para El. 

Un corazón limpio y dependiente de Dios, siempre es un corazón agradecido, y el mismo siempre valora cada detalle que se presente en su vida. Su visión es clara para ver el bien suministrado, y nunca olvida que le fue dado, porque la gratitud le mantiene activo su interior, para mostrar con bien el bien que ha recibido.

Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían.

Juan 6:11

Jesús sólo dio gracias, y repartió los panes y los peces entre los discípulos y los que allí estaban, y sucedió el gran milagro, con solo dos peces y cinco panes, fue saciada una gran multitud.


Si comprendemos el misterio del agradecimiento alcanzaremos mayores bendiciones, y no seremos engañados por el enemigo, porque por la gratitud vamos a permanecer fieles a Dios y a las personas que amamos. Independientemente de los acontecimientos, vamos a permanecer firmes, porque tendremos la visión para ver el bien de Dios y de los que nos rodean, y seremos movidos por aquel sentimiento valioso para agradecer por los favores recibidos.

Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.

Juan 11:41

La gratitud es un sentimiento que mora dentro de aquellos que lo poseen, y es manifiesto en todo tiempo, porque está dentro de ti y te  mueve a la acción en favor, honra y respeto hacia los demás. El que es agradecido, siempre da gloria y honra al que la merece.

Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;

Hebreos 12:28

Tenemos que ser agradecidos ante Dios y los hombres, no podemos hacernos de la vista gorda para no ver los favores otorgados, tenemos valorar y pagar con gratitud, a aquellos que nos han hecho el bien. Dice el apóstol Pablo que tengamos gratitud, para que mediante la misma sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque la gratitud te lleva a accionar de forma agradable, con respeto y honra hacia Dios y hacia las personas que te han favorecido.



La ingratitud 

Ingratitud: este es un sentimiento totalmente contrario al anterior mencionado, ya que los que lo poseen  carecen de visión, y por tanto su conducta es totalmente desagradable antes los ojos de Dios. Estos no ven nada de lo que hacen por ellos, y por eso no valoran nada, y esto lleva a las personas que están invadidas por este mal, a recurrir a la infidelidad y a un comportamiento desleal.

Un ingrato no conoce la hora, porque como carece de visión, no ve ni valora los dones, ni ningún valor digno de honra que pueda haber en los demás. No es leal a nadie, porque está envuelto en su ceguera espiritual, donde solo puede ver su propio camino. ¿Por que, por qué va a ser leal si no ve nada? Es de tener cuidado cuando tenemos alguien tomado por este mal en nuestro alrededores, porque su condición no le permite tener ningún otro tipo de conducta que no sea la traición.

La ingratitud es una trampa del maligno en las vidas de los hombres, para mantenerlos dando vueltas en sus propios caminos y no dejarlos ver la luz de Dios. Es una ceguera espiritual, donde satanás no le permite ver el bien, sino el mal en todos los que les rodean para mantenerlos en esclavitud.

 

 

 

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