José en la cárcel

 


José es puesto en prisión

Muchas veces estamos cómodos en un lugar, pero cuando se acaba el tiempo en dicho lugar nos tenemos que mover. A veces culpamos a las personas por ocasionar dicho movimiento, pero lo real es que si dependes de Dios, ningún movimiento ocurre de no ser por su voluntad.

José en casa de Potifar era el mayor después de él, José  gozaba de un buen puesto, pero se terminó el tiempo allí, por tanto, algo debía suceder para preparar su salida. Estos son los momentos donde fácilmente culpamos al instrumento utilizado para dicho movimiento, pero tenemos que entender que Dios está con nosotros, y se moverá en cada movimiento que nos incluya.

Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo. Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene. No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este gran mal, y pecaría contra Dios? Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella, aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.

Génesis 39:7-12

En el tiempo indicado por Dios se producen los movimientos de acuerdo a sus planes y propósitos, y tenemos que estar preparados en cualquier lugar que nos encontremos, para responder a ellos. Tenemos que estar bien enfocados en nuestro Dios, para no caer en las tentaciones del enemigo, y no detener el plan de Dios por causa de sus estrategias. 

José no cayó en la trampa de satanás, la tentación no pudo con él, rechazó la oferta y salió airoso al próximo escalón. José era un hombre fiel a Dios y a los hombres, y ese principio le fortaleció para no caer, y continuar su camino hacia el cumplimiento del propósito del Padre.


Necesitamos ese principio y esa fortaleza que tenía José, para cuando se nos presente una tentación, poder correr de la misma, no detener el plan de Dios y avanzar al cumplimiento del mismo. No podemos ser permisivos a las ofertas de satanás, porque si lo somos, lo único que logramos es detenernos, porque sus ofertas parecen buenas, pero son toda una mentira, y solo buscan impedir que lleguemos al lugar que Dios nos ha prometido.

Entonces le habló ella las mismas palabras, diciendo: El siervo hebreo que nos trajiste, vino a mí para deshonrarme. Y cuando yo alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto a mí y huyó fuera. Y sucedió que cuando oyó el amo de José las palabras que su mujer le hablaba, diciendo: Así me ha tratado tu siervo, se encendió su furor. Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel.

Génesis 39:17-20

José fue llevado a la cárcel, pero Dios nunca lo dejó solo, Dios estuvo allí poniendo su favor y su gracia en él para que todo salga bien, y tenga un trato diferente a los demás; porque cuando Dios esta contigo no haces nada, es Él que lo hace a través de ti.

Hay que ser valiente y hacer lo correcto delante Dios, porque cuando actuamos con integridad y fidelidad, Él nos premia, va con nosotros y se encarga de todo lo que nos rodea. No podemos medir las consecuencias, tenemos que actuar como Dios quiere que actuemos frente a cualquier ataque de satanás, el enemigo nos quiere hacer desmayar y caer, pero si abrazamos el sueño de Dios que hay en nosotros,  él no logrará su objetivo.


El sueño de Dios te mantiene enfocado, pero tienes que mantenerlo presente durante el camino, para que puedas  permanecer fortalecido y no desmayar, y de esta manera llegar al cumplimiento del propósito de Dios. Y no estará solo, ni en el camino, ni en ninguna de las paradas que se presenten, porque Dios caminará contigo.

Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel. Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía. No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.

Génesis 39:21-23

Cuando Dios pone algo en ti, cuando tiene planes y propósitos contigo, donde quiera que vas Él se hace presente y te engrandece. Abraza el sueño de Dios, y no te detengas, no mires a los que no te soportan, solo mira hacia delante, y avanza al cumplimiento del sueño de Dios. Mientras seas fiel y te mantengas firme en lo que Dios te dijo, Él se moverá a tu favor, haciendo como Él quiere en cada lugar que tú vayas.

Tu Padre Celestial se encargará de cada lugar que camines, porque no es tu camino el que caminas, sino el suyo. Y por eso Dios pondrá en tus alrededores las personas indicadas, para hacer cumplir sus planes y propósitos, y hacer realidad el sueño de Él que hay en ti. Las personas que te rodean no harán como quieren, sino como Dios diga, porque son puestos por Él, y actuarán a favor de los suyos.


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