Un adorador
Adora en el proceso
La adoración se trata de rendir tributo y homenaje o hacer reverencia a Dios, porque Él es merecedor de toda honra y gloria.
Es importante conocer a Dios, porque así conoces cada uno de sus atributos, y estés donde estés le adorarás en Espíritu y en verdad como quiere el Padre que le adore, y lo hará por encima de todo lo que se presente. La circunstancias no harán desviar tu adoración, porque sabes en quien has creído, y sabes que el Padre se hará presente en el lugar donde te encuentres en adoración.
Abraham iba de camino para el sacrificio de su hijo Isaac como Dios le había dicho, pero eso no debilitó a Abraham para la adoración de su Dios, todo lo contrario, el dijo: yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.
Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.
Génesis 22:5
Cuando adoramos en medio de la angustia o dificultad, escasez o necesidad, todo cambia, porque Dios se mueve a nosotros y lo imposible se hace posible.
Los jóvenes hebreos fueron amenazados por no adorar otros dioses, ellos eran adoradores del Dios de Israel, pero aunque fueron amenazados con ser tirados en el horno de fuego, ellos se negaron a esa adoración pagana, y decidieron adorar al Dios Todopoderoso. La presión del rey no los llevó a adorar otros dioses, y aunque el horno fue calentado siete veces más, ellos permanecieron firmes en su Dios.
He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.
Daniel 3:17-18
Ellos no quedaron en vergüenza, Dios se manifestó a su favor, porque ellos decidieron adorar al Padre a pesar de las circunstancias.
Un adorador adora en medio del desierto, el proceso no lo lleva a adorar otros dioses, por más que quiera el enemigo, porque el adorador sabe que toda presión de satanás lo que busca es robar su adoración. En medio del ataque de satanás, su decisión es por adorar al Padre, porque sabe en quién ha creído y que su Padre Celestial nunca lo deja solo, y en adoración se muda a su entorno dejando en vergüenza a todos los que se levanta en su contra.
El lugar no define quien eres
Una visión clara y una identidad definida son de las cosas que definen al adorador, porque él no se mueve por emoción ni por sentimientos, sino por su convicción. El lugar ni la posición en la que se encuentra no cambian nada, porque donde quiera que se encuentra hace lo que tiene que hacer, para demostrar su potencial y capacidad como hijo de Dios. Si no lo toman en cuenta tampoco es un problema, porque sabe quién es y con quien está.
David apacentaba las ovejas de su padre, él no fue tomado en cuenta por su papá para el sacrificio con Samuel, pero mientras David cuidaba las ovejas, él no pensaba en nada de esto; sino en hacer bien su trabajo. Ni el lugar ni las circunstancias convirtieron a David, sino él demostró quien él era en cada una de ellas.
Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.
1 Samuel 16:11
Saber quien eres y hacer lo correcto independientemente de lo procesos presentes, esto te define en el lugar que te encuentras, porque no te mueves por los acontecimientos, sino que demuestras quien eres dando lo mejor de ti. Esto te posiciona, porque muestras tu potencial para ocupar una posición mayor y pasar de nivel.
Dios está muy cerca de ti y conoce tu interior, y te premia de acuerdo a la intención de tu corazón. Es por eso que debes dar lo mejor de ti donde te encuentres, a pesar de las circunstancias, porque de esta forma queda claro quien eres y recibirás el premio que mereces.
Un adorador en la posición que se encuentra, nunca está pensando en lo que hacen los demás, sino en cumplir con la función por la cual fue puesto allí. Este no se da cuenta de las acciones de los demás, porque solo está pendiente y enfocado en lo que tiene que hacer en ese lugar. Pero mientras está enfocado en tu función de parte de Dios , no estás solo Dios esta contigo y pelea por ti.
Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es.
1 Samuel 16:12
Puede ser que los de tus alrededores no te tomen en cuenta , pero si hace lo que Dios te ordena ten por seguro que Él te ensalzará y te levantará frente a todos. A David no lo tomaron en cuenta para la ceremonia, pero donde él se encontraba, en desierto con las ovejas, Dios lo conocía y sabía quién él era. ¿Por qué Dios lo conocía? Porque David allí no perdía el tiempo pensando en porqué estaba allí y en porque estaba solo, David aprovechaba ese tiempo, lo usaba para hablar con Dios y relacionarse con Él, y por esta razón mientras los demás no lo consideraron capaz, Dios lo reconoció y lo mandó a buscar.
No permitas que el lugar haga contigo , haz tu con él, demuestra quien eres dando lo mejor de ti. Adora a Dios, aprovecha el tiempo de soledad, ese en cual los demás se han olvidado de ti, ese tiempo úsalo para hacer lo que tienes que hacer y establecer una buena relación con Dios y veras su gloria frente a todos.
Reconoce sus errores y se arrepiente
A pesar de los procesos y de los lugares que nos encontremos, debemos dar lo mejor de nosotros y demostrar lo que realmente somos, en cualquier posición que nos encontremos. Debemos adorar aun en el desierto y en las posiciones que nos coloquen, y aunque no nos tomen en cuenta debemos adorar, porque tenemos que cumplir con la función para la cual fuimos creados.
Cuando no hacemos lo que nos corresponde como hijos de Dios en la posición en que nos encontramos, corremos el riesgo de fallarle a Dios. No debemos perder el tiempo en otros asuntos que no son de la incumbencia del Padre, porque esto nos lleva al fracaso, a la derrota y a cometer errores vergonzosos.
Tenemos que cuidar todo esto, pero si en un momento sucede, lo que debemos de hacer es reconocer nuestro error y acudir al Padre arrepentido y pedir perdón. En algún momento todos hemos fallado, pero reconocerlo demuestra tu valentía y es la mejor solución para cualquier persona con sabiduría. Por eso cuando David fue reprendido por el profeta Natán, por el adulterio con Betsabé, él fue a Dios arrepentido y suplico perdón y misericordia.
Salmos 51:1-5 ( Biblia Dios habla hoy)
Por tu amor, oh Dios, ten compasión de mí; por tu gran ternura, borra mis culpas. ¡Lávame de mi maldad! ¡Límpiame de mi pecado! Reconozco que he sido rebelde; mi pecado no se borra de mi mente. Contra ti he pecado, y sólo contra ti, haciendo lo malo, lo que tú condenas. Por eso tu sentencia es justa; irreprochable tu juicio. En verdad, soy malo desde que nací; soy pecador desde el seno de mi madre.
David reconoció su fallo, y ese reconocimiento lo llevó a pedir perdón y misericordia al Padre Celestial. Pero él no solo pide perdón, sino también reconoce que Dios es un Dios de amor y bondad, y que solo el Padre lo puede perdonar de su maldad. Es lo que hace un verdadero adorador, siempre reconoce sus errores y está dispuesto a pedir perdón. Se humilla y se arrepiente a cada momento, porque comprende el valor y la recompensa de la humildad.
Salmos 51:9-13
Aleja de tu vista mis pecados y borra todas mis maldades. Oh Dios, ¡pon en mí un corazón limpio!, ¡dame un espíritu nuevo y fiel! No me apartes de tu presencia ni me quites tu santo espíritu. Hazme sentir de nuevo el gozo de tu salvación; sostenme con tu espíritu generoso, para que yo enseñe a los rebeldes tus caminos y los pecadores se vuelvan a ti.
Para ir a Dios de esta manera, tú tienes que ser un adorador, solo así puedes tener este conocimiento para suplicar de esa manera. David conocía a Dios y estaba acostumbrado a vivir en su presencia, por eso se arrepiente y pide perdón, porque no quiere vivir sin la presencia del Padre.
Como hijos de Dios tenemos que reconocer nuestros errores y arrepentirnos de ellos, para que Dios nos perdone y así poder disfrutar de su presencia. No podemos quedarnos como si nada, cuando actuamos de forma incorrecta delante de los ojos de nuestro Dios. Tenemos que ir a Él como hizo David, suplicar que nos limpie y que nos de un nuevo corazón, dispuesto a servirle y a agradarle. Tenemos que pedirle que no aparte su santo Espíritu de nosotros, para poder adorarle siempre como hijos suyos que somos.
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