Como el hijo pródigo
Sin identidad.
Muchas veces queremos el bien de Dios, pero andamos en caminos totalmente contrario a sus caminos. Y cuando no estamos en los caminos de Dios, Él no nos puede bendecir, porque Dios es justo. Para que el bien de Dios llegue a nuestra vida, tenemos que caminar por donde Dios quiere que caminemos, tenemos que alinearnos con Él para recibir sus bendiciones. Tenemos que cambiar nuestros pensamientos y volvernos a Dios, para que Él por su amor y misericordia nos abra la puerta y nos de identidad.
Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Isaías 55:7
Tenemos que hacer como el hijo pródigo, volver en sí, reconocer quienes somos, reconocer los caminos que estamos caminando y reconocer que tenemos un Padre. Cuando hacemos esto y nos apartamos de todo lo que no es del agrado de Dios, nuestros pensamientos son transformados y renovados y nos volvemos al Padre.
Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
Lucas 15:17
El hijo pródigo reconoció su condición y reconoció quién era. Él se dio cuenta que vagaba por ahí como huérfano teniendo un Padre; y no cualquier Padre. Porque él pasaba necesidad, cuando en casa del Padre había abundancia. Pero él se miró a sí mismo, reconociendo sus errores y tomó una decisión.
Es lo que tenemos que hacer, mirarnos nosotros mismos, comprender que estamos caminando en caminos incorrectos, y que actuamos como huérfanos teniendo un Padre, uno con abundancia de todo aquello que a nosotros nos falta, y no podemos recibir sus bendiciones porque estando lejos de Él.
Recupera tu identidad
Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
Lucas 15:18
Él se levantó y dejó esos caminos que antes caminaba en independencia de Dios, y fue arrepentido al Padre. Lo primero que tuvo que hacer fue volver en sí. El tuvo que reconocer lo que había hecho, y reconocer porque estaba pasando lo que pasaba. Entonces dijo: me levantaré e iré a mi Padre.
Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
Lucas 15:20
Si nosotros volvemos al Padre arrepentidos de lo malo que hemos hecho, Él nos recibe como al hijo pródigo. Pero tenemos que dejar lo que a Él no le agrada, apartarnos de los caminos perversos, renovar nuestros pensamientos, y de esta manera acudir a Él.
Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.
Lucas 15:22-24
Mira todo lo que hizo el Padre por el regreso de su hijo: le mandó a poner el mejor vestido, un anillo en su mano, calzado en sus pies, e hizo fiesta, por el regreso de aquel que había muerto y volvió a vivir, y que estaba perdido y fue hallado.
Cuando nos apartamos del mal y vamos al Padre arrepentidos, de esta forma es que Él nos recibe, y nos da las bendiciones que hay en su casa. Son muchas las bendiciones que nos estamos perdiendo por andar vagando por el mundo como si fuéramos huérfanos. Tenemos que volver en sí como aquel hijo, e ir a casa del Padre arrepentidos, para poder recibir poder, autoridad e identidad como hijos de Dios. Porque fuera de Él no tenemos nada de eso, fuera de Dios estamos perdidos y estamos muertos.
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