Dirigido por Dios


Apartado con Dios

Hay temporadas, donde la mejor opción es apartarse con Dios y echar a un lado todo aquello que pueda estorbar la comunicación con el Padre. Porque son muchos los ruidos que se pueden escuchar en los alrededores, pero muy pocos son para ofrecer solución, sino para expandir la noticia del sistema natural del mundo. Pero apartado con Dios, no serán oídas esas voces que traen desorden emocional y aumentan la ansiedad en tu vida, sino que oirás buenas noticias de parte de Dios para fortalecer, dirigir y conducir tu vida de la forma correcta. 

¿Qué es apartarse?

Apartarse es ignorar u olvidar intencionalmente algo, de forma temporal o permanente, de manera que cosas más importantes puedan captar la atención.

Apartarse con Dios es ignorar aquellas cosas que no te permiten estar en sintonía con Dios. O más bien, que intentan robar tu atención para impedir tu comunicación con Dios. Esto es lo que hacemos cuando estamos apartados con Dios, ignoramos todo argumento natural, y nos enfocamos en lo sobrenatural, y de esta manera nuestros oídos están atentos a las palabras que salen de la boca de Dios.

¿Por qué debemos estar apartados con Dios? Debemos apartarnos con Dios porque de esta forma es que vamos a poder mantener una buena comunicación con Él. Mientras estamos conectados a todo lo terrenal, esa es la misma fuerza que nos arropa y nos sumerge en ansiedad, tristeza y  dolor, para llevarnos a la desesperación. Pero en Dios, en lugar de todo esto, vamos recibir su dirección y protección para vivir en paz y en gozo en su presencia. 

Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.

1 Reyes 17:1

El profeta Elías vivía conectado con Dios y permanecía en su presencia, es por esto que él escucha la palabra de Dios y la habla a quien el Padre ordena. Tenemos que conectar con Dios como el profeta, para poder oír su voz y hablar lo que Él habla. 



Es el mismo Dios que dice al profeta Elías que se aparte de ese lugar, que se esconda en el arroyo, que de allí beberá y que allí le enviará de comer, después que el profeta Elías profetizó estas palabras: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra. 1 Reyes 17:1 

Y vino a él palabra de Jehová, diciendo: Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer.

1 Reyes 17:2-4

Después de esto es que Dios le dice al profeta Elías que se aparte de ese lugar y se esconda en el arroyo. ¿ Por qué Dios dijo esto al profeta? Porque venían tiempos difíciles, sequía y escasez, pero apartado con Él, le iban ser suplidas sus necesidades. Allí para él no había sequía, porque estaba en el arroyo, tampoco padecía de hambre porque Dios le enviaba pan con los cuervos.

Aun los cuervos te serán de bendición cuando confías en Dios y separa tiempo para Él. Cuando te apartas para Dios, aún en sequía, El te hará estar en manantial de aguas frescas, y aun en escasez tú vivirás en abundancia, porque Dios dará orden de bendición para ti.



Hay tiempo donde tenemos que ir a Dios, apartarnos con Él y escondernos en su presencia, porque en otro lugar no vamos a encontrar lo que hay en Él. Allí estaremos en  sintonía con el Padre, con  nuestros oídos siempre dispuestos a escuchar su voz para recibir su dirección y orden. Puede ser en una temporada de escasez o de cualquier dificultad por la que estés pasando, pero cualquiera que sea, la solución está en Dios, porque cuando tomas esa decisión de apartarte con Dios, Él tiene cuidado de ti y se encarga del lugar donde te encuentras para que no te falte nada.

Pasados algunos días, se secó el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra. Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo: Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente.

1 Reyes 17:7-9 

No conozco la condición por la que estás pasando, pero si te digo que confíes en Dios y permanezca en su presencia, porque Él no se ha olvidado de ti. Si permaneces firme, el Todopoderoso se moverá a tu favor y hará llegar la solución a tu casa, a tu familia, a tu hogar, a tu vida. Porque veas que la situación empeora, no tengas temor, que aunque el arroyo se esté secando Dios prepara un lugar mejor para ti.

Si estas en sequía, si estas en escasez, aunque estés como estés pon tu mirada en Dios y Padre Celestial, que si te apartas con El, El te harás estar en manantiales de aguas frescas, y aunque se seque el arroyo El tiene la solución.  Dios te esconde en lugares seguros y se encarga de que nada te falte, porque Él es dueño de todo y creador de todo.



Cuando te apartas con Dios y te escondes en su presencia, Él se encarga de ti, te pone manantiales de aguas frescas y da órdenes a tu favor para que nada te falte. Allí encontrarás el alimento que necesitas para ser fortalecido y serás direccionado por el mismo Dios para caminar seguro. No oirás otra voz que no sea la de Dios, por lo que no serás confundido, sino que serás movido en su dirección por su palabra.

Cuando estás conectado con Dios y escondido en su presencia es cuando puede oír su voz y discernir con facilidad lo que él está hablando. Es ahí donde realmente eres direccionado, porque al poder oír su voz, el poder de su palabra te empodera y te mueves en pos a ella.

Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba. Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano.

1 Reyes 17:10-11

La voz del Padre es la que conduce al profeta, él se mueve de acuerdo a lo que escucha de Dios y esto habla en los lugares donde llega, porque está siendo dirigido por Dios. Esta es la ventaja de adaptarse con el Padre, que allí estás dispuesto a solo oír su voz y a ser guiado por El. 

Cuando hacemos esto, y somos dirigidos por Dios, las voces contrarias a lo que el Padre dice no nos pueden detener, porque somos movidos por la verdad de Dios, y el diablo no nos puede confundir con sus mentiras. Si Dios nos dice algo, aunque el mundo diga lo contrario, nosotros sabemos que lo que Dios dijo se va cumplir. Aunque en lo natural se vea lo contrario, pero en el espíritu podemos ver lo que Dios dijo, y lo que Él dijo se hará visible en lo natural porque Él lo dijo.

 

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