Hablando como Dios habla

 




Las promesas de Dios


Tenemos que hablar palabra de vida, lo que Dios habla, lo que Dios piensa, palabra de bien y buenas noticia a los que nos rodean. Si así lo hacemos estamos siendo instrumentos de Dios para la expansión de su reino, para la expansión de lo que realmente es Él.

Hay mucho quien hable, pero hay muy poco quien hable bien. La mayoría de las personas solo hablan mal, porque sus vidas están llenas de problemas, y se sienten sin esperanza. Pero hay promesas de parte de Dios para aquellos que creen, pero tenemos que creerlas y hablarlas para hacerlas nuestra. Es necesario que hablemos como Dios habla, que hablemos su palabra y sus promesas, para que las mismas traigan refrigerio a nuestras vidas.

 Muchas veces hablamos de acuerdo a lo que nosotros creemos y pensamos, y nos pasamos el tiempo declarando cosas sin sentido, cosas que dañan a los demás y a nosotros mismos, pero ignoramos lo que estamos haciendo. Tenemos que pensar en lo que Dios habla, en lo que Él piensa y en lo que Él dice. Tenemos que pensar en sus caminos y no en los nuestros, porque en los caminos de Dios hay sobreabundancia de bien y no hay tropiezo; más, los nuestros son retorcidos y llenos de confusión. 

 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Isaías 55:8/9

Esta es la diferencia, que caminamos en caminos totalmente distintos a los de Dios, y pensamos de forma totalmente diferente a Él, y por ende así actuamos. Como no estamos conectados a Él, lo que hablamos y pensamos es muy diferente a lo que Dios piensa. Y es ahí donde está el problema, que de ese modo no podemos hablar su palabra, sino que lo hacemos por nuestra propia cuenta. Es por eso que no hablamos el bien, no tenemos palabra de vida, ni buenas noticias, sino palabras totalmente contrarias a la de nuestro Padre Celestial.




Tenemos que hablar palabra de vida, lo que Dios habla, lo que Dios piensa, palabra de bien y buenas noticias a los que nos rodean. Si así lo hacemos, estamos siendo instrumentos de Dios para la expansión de su reino, para la expansión de lo que realmente Él es.

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

Jeremías 29:11

Dios tiene pensamientos de paz y no de mal acerca de nosotros, para darnos el fin que esperamos. Estos son los pensamientos del Padre acerca de nosotros, así que, cualquier voz contraria a esta no es de Dios.

En ocasiones llegan a nuestra mente pensamientos negativos de los demás, y sobre nosotros mismos, y creemos que son cosas normales y nos lo creemos, porque en realidad no comprendemos de dónde salen estas voces que hablan a nuestra mente. Ni siquiera nos imaginamos que es satanás que susurra a nuestros oídos todo esto, para alejarnos cada día más de las promesas del Padre Celestial.




Como Dios piensa


Es por eso que tenemos que saber cómo Dios piensa de nosotros y como habla, para cuando satanás hable a nuestra mente, poder discernir y no dejarnos llevar, sino contrarrestar sus voces y sugerencias con los pensamientos de Dios y con las promesas que Él tiene para nosotros. 

Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.

Éxodo 19:5

Ya ves, porque debes discernir las voces que llegan a tu mente y no dar oídos a las que son de satanás, porque él solo quiere que no escuche la voz de Dios, para que no pueda recibir las promesas que Él tiene para ti. El enemigo sabe que Dios dijo: si diereis oído a mi voz, él sabe que es lo primero para poder cumplir con el resto, y por eso no te quiere dejar oír la voz de Dios. Te susurra al oído todo lo contrario a lo que Dios dice, para desviarte y mantenerte lejos de las promesas y del bien de Dios. 



Cuando esto sucede, esto es lo que hablamos a los que nos rodean, las voces a las cuales damos más oído son las que salen de nuestra boca, y de este modo somos instrumentos de maldición o de bendición para los que nos rodean.

En conclusión, debemos conocer los pensamientos del Padre  acerca de nosotros, para saber cómo debemos pensar de los demás y de nosotros mismos. Debemos oír su voz, para conocer su palabra y saber lo que Él dice de nosotros, para poder contrarrestar cualquier cosa que diga el enemigo acerca de nosotros, que no vaya de acuerdo a lo que Dios dice.

Después de conocer los pensamientos de Dios, no vamos a coquetear con ningún pensamiento que no venga de Él, será cambiado nuestro lenguaje y nuestras palabras serán de bien, de acuerdo a la del Padre. Al oír la voz de Dios, seremos dirigidos por Él, satanás no nos confundirá más, y seremos especial tesoro de nuestro Señor y Padre Celestial.

Dios te bendiga Dios te guarde.


 

 

 

 

 

 


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