No hay fuego que te pueda quemar


Dios camina contigo


La derrota no es para ti, derrotado y avergonzado queda el que se levanta contra ti, porque tu no estás solo, Dios camina contigo, y con Él a tu lado no hay fuego que te pueda quemar.

Cuando los jóvenes hebreos fueron tirados al fuego, Dios no los sacó inmediatamente, a pesar de que podía hacerlo. Él tenía que enseñarle algo a las personas que ordenaron que fueran tirados en el fuego: tenían que verlo a Él caminando con sus protegidos. Tenían que ver a los jóvenes caminando entre las llamas sin que se quemaran, y sin que la ropa ni siquiera oliera a humo. Él no los sacó desde que lo tiraron, sino que fue a ellos y caminó con ellos en medio del fuego, protegiéndolos de las quemaduras.

Dios no te saca del proceso cuando él llega a ti: Él te fortalece y te da la estrategia en medio del mismo.  Cuando se te presenta el mar, no lo quita, sino que lo abre para que lo cruces. Claro, puede quitarlo porque es Dios, pero Él siempre te va a engrandecer en frente de tus adversarios. Por ello, te prepara para que cruces el mar y lo hagas en seco, así como descendió al fuego donde estaban sus fieles, acompañándolos, y   preparándolos para caminar en las llamas.

Daniel 3-22/26

Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo. Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey.

Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego.

Te llamarán por tu nombre los que se burlan de ti cuando te vean caminando en las llamas, porque cuando el adversario ve que el plan que tenía preparado para vencerte no te pudo derrotar, te reconoce porque su plan fue aplastado, no pudo contigo porque nuestro Padre (El Rey de gloria y poder) está ahí engrandeciendo a los suyos.

Tienes que caminar en el fuego sin pensar que te quemarás, tienes que pasearte en él, seguro de que saldrás sin que nada te pase. Dios nos enseña que los tratos y los procesos no nos pueden detener, que debemos movernos entre ellos, y caminar con ellos como algo normal. El proceso es una ocasión para hacernos más fuertes, la cual el enemigo quiere utilizar para matarnos, es por esto, que en medio del mismo tenemos que ver el plan y el propósito de Dios, y aferrarnos a él para salir airoso como los jóvenes hebreos.


El fuego no te quemara




Cuán difícil es sentirse y verse atado de pies y manos para ser tirado en el fuego, porque cuando estás atado de pies y manos, no tienes acción ni camino. ¿Cuántas veces te has sentido así, como si el enemigo te hubiera rodeado estratégicamente y dejado sin camino, atado de pies y manos? Porque yo me he sentido así en muchas ocasiones, atada de pies y manos, lista para ser tirada en el fuego. Pero hay algo muy importante en estas situaciones, y es que hay una esperanza viva en nosotros que no nos deja desmayar, que nos impide caer y que nos fortalece, y esa misma esperanza es la que mueve y atrae a Dios a nuestro socorro.

Para caminar en el fuego sin quemarnos, y que inclusive nuestra ropa no sufra ningún daño, tenemos que confiar en Él Todopoderoso, aun antes de escuchar decir que seremos llevados al fuego: tenemos que confiar en Dios.

Caminar en el fuego sin quemarse es el resultado de tu confianza en Dios. Desde que comienza a levantarse el enemigo, tienes que mostrar tu confianza en el redil al cual perteneces. El enemigo continuará hasta tirarte en el fuego, pero se llevará la gran sorpresa de que en el fuego no estarás solo, que Aquel a quien tú le sirves entrará contigo y que ambos se moverán como si no hubiera llamas. Se llevará la gran sorpresa de que el fuego no puede contigo.

Cuando confías en Dios, un levantamiento del enemigo lo único que hace es pasarte de nivel, porque mientras más él sube el fuego para matarte, más se acerca la manifestación de la gloria de Dios. Mientras él se prepara para subir la temperatura del horno, Dios se prepara para entrar contigo a socorrerte y engrandecerte delante de él.

Tenemos que ser como estos jóvenes, y mantener decisiones firmes y una actitud de adoración. Debemos estar bien claros sobre lo que es la adoración y a quien adorar. De esto se trataba la tirada al horno, de una decisión de adoración. Pero ellos estaban seguros de a quien querían servir y adorar, ellos sabían las consecuencias que esto traía, ellos sabían que había un horno que se estaba calentando para ellos, pero aun así, decidieron adorar al rey de gloria. A estos jóvenes no les importó que se estuviera calentando siete veces más de lo acostumbrado, sino que tomaron una decisión: adorar al Dios Todopoderoso, y solo a Él.



Cuando decidimos por Dios, siempre se van a presentar consecuencias negativas en contra nuestra, pero del mismo modo vendrán a nosotros grandes recompensas del cielo. Así que no temas al momento de decidirte por Dios, porque Él es galardonador de aquellos que le honran.

La decisión de los jóvenes, trajo consigo una recompensa inolvidable: así somos recompensados cuando decidimos correctamente en cuanto a las leyes y reglas de nuestro Padre. Es una lucha en cuanto a la adoración, porque hay uno que no quiere que Dios sea adorado. Pero el Padre se alegra cuando decidimos adorarle a Él, y nos recompensa.

Cuando elegimos adorarlo, Dios se muda a nuestro entorno. No importa cuál sea ese lugar, si te decides por su adoración, Él se muda contigo. Si decidiste por Dios, no importa donde estés, no importa cuál sea ese lugar: Él también se decide por ti y se muda al lugar donde te encuentres. Da igual donde estés: si te encuentras en el desierto, o en un horno de fuego, si tienes el mar al frente de ti, si el agua está amarga o no está presente, ahí estará Él para darte la victoria.

La elección de estos jóvenes los llevó a ver cómo el fuego sobrenatural de Dios apagaba al fuego natural: vieron como un horno calentado siete veces más que lo normal, no hacía nada donde estaba el fuego de Dios. Esto quiere decir que en adoración no hay fuego que te puedas quemar, en adoración no hay muro que te puedas limitar, en adoración no hay gigante que te puedas vencer, y en adoración no hay mar que te pueda detener.

En el mundo actual se usa mucho la sabiduría humana, pero en adoración solo reina la sabiduría divina. Por eso, en la decisión de adoración, todo cambia, porque el mundo deja de controlar y quien toma el control es el cielo. Deja de controlar el hombre y quien asume el mando es Dios, es por eso que muchas cosas dejan de ser, algunas desaparecen, mientras otras son anuladas; porque en adoración manda Dios y no el hombre.

Una decisión de adoración y una adoración genuina, es como traer el cielo a la tierra, y donde está el cielo solo se manifiesta el reino divino. Donde el cielo es manifestado, ninguna obra natural, humana, o del mundo, puede prosperar: es aplastada toda obra del mal y de las tinieblas por el poder de Dios.


 

 


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