El enemigo te hace la guerra usando sus instrumentos




Las personas solo son instrumento


Cuando el enemigo se levanta en tu contra utiliza algunas estrategias,  para que tú no puedas identificarlo. Él usa sus instrumentos para que  te ataquen, para que tú te enfoques sólo en ellos, y nunca te imagines  que son cosas de él. Satanás no quiere ser identificado, él quiere que  tú siempre pienses que son las personas que están frente a ti, que  te están haciendo la guerra. Él no quiere que tú comprendas que él tiene algo  que ver con lo que te está aconteciendo, sino que pienses que el problema es de  los que te rodean.


Esa es una trampa de satanás, y es una, en la que muchos caemos,  porque él se levanta contra nosotros, pero usa personas como  instrumento. Y no utiliza a cualquier persona, sino las que menos  podemos imaginar que están siendo usada por él. Y cómo de manera  natural, a quien estamos viendo es a esa persona; nos enojamos y  vamos contra ella. Pero la misma, solo es un instrumento del  enemigo, o sea, que en realidad quien nos está haciendo el daño no es  la persona, sino el satanás. Pero nosotros en medio del ataque, como no vemos a satanás,  sino al instrumento; nos enojamos con el mismo y es ahí donde caemos en la trampa que el maligno nos tiende. 


Es satanás que te hace la guerra, no son las personas, las personas solo son instrumentos que él usa para atacarte y quitarte el gozo y la paz.


Como hijos de Dios tenemos que tener visión espiritual, y como tal, no  podemos ver solamente lo que nos queda al frente, no podemos ser  guiados y movidos solo por lo que ven nuestros ojos naturales.



Si  somos hijos de Dios somos espirituales, porque Dios es espíritu. Y si  somos espirituales tenemos que aprender a ver en espíritu, no  únicamente en lo natural. Si solo vemos lo natural, siempre vamos a  estar siendo engañados por el enemigo, porque él hará de todo en  contra nuestra, y nosotros siempre estaremos culpando a otro: al que  nos queda al frente. 


Cuando caemos en esa trampa de culpar a quien nos queda al  frente (al instrumento de satanás) eso trae grandes consecuencias en  nuestras vidas. Ahí comenzamos a sentir dolor: dolor por la traición,  por el engaño y por todo lo que entendemos que nos han hecho, y  que no nos debían de hacer. 


Por esto caemos en angustia, y todo esto nos puede llevar a una  muerte espiritual. Sin embargo, si podemos identificar al enemigo  cuando viene contra nosotros, así no culpamos al instrumento usado por  él, sino que vamos contra él y de esta manera en vez de muerte  espiritual tendremos crecimiento espiritual. 




El verdadero plan de  satanás es que tú te levantes contra el instrumento que él usa para  atacarte. Él te ataca para detenerte de lo que estás haciendo, él sabe  que cuando te enfurece con el instrumento, inconscientemente te  detiene, te debilita y pierdes el enfoque del horizonte que tenía.  Ese es su verdadero plan. 


Dios es justo, a cada quien dará su recompensa de acuerdo a sus hechos. No nos toca a nosotros decidir sobre las acciones de  otros, solo Dios puede decidir. A nosotros solo nos toca ir en contra  de quien le hace la guerra a Dios; que es quien nos ataca, a través de  sus instrumentos. ¿Y cómo lo hacemos?


Tenemos que identificarlo  para no seguir su juego, y caer en sus trampas. Cuando lo  identificamos no nos detenemos a pensar en el instrumento que él  usó para atacarnos, sino que continuamos haciendo lo que estamos  haciendo, porque identificamos la causa de su ataque. 


Cuando somos atacados por el enemigo es por algo, pero nunca  por hacer lo que a él le agrada, sino todo lo contrario. Cuando  comprendemos ese punto y viene el embate contra nosotros, vemos  el instrumento usado por satanás, pero no nos detenemos, sino que  avanzamos en el propósito con más fuerza, ya que sabemos cuál es la  razón del ataque. Esto nos enfoca más, porque esto nos asegura que lo que estamos  emprendiendo está bien; porque nuestra acción está haciendo efecto  en el reino de las tinieblas. 


Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he  aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y  carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos? Él  le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros  que los que están con ellos.

2 Reyes 6-15/16 


Cuando como hijos de Dios, nuestras acciones están en contra de las del enemigo, esto hace que él se levante en contra nuestra, porque  no lo estamos dejando avanzar en el cumplimiento de sus planes.  Pero nosotros tenemos que estar seguros de ese poder de Dios que  detiene al enemigo, para que no lleve a cabo sus planes contra su  pueblo. Tenemos que estar seguros de que ese mismo poder que  detiene los planes del maligno, ese es el poder que viene a favor  nuestro para protegernos cuando el enemigo se levanta contra  nosotros. 

Tenemos que mantenernos enfocados y confiados en el Dios que tenemos, porque por más que se levante el enemigo, Él siempre viene a nuestro encuentro a socorrernos. Así que no tengas temor por el que te hace la guerra, por el enemigo ni por sus instrumentos, porque Dios está contigo y pelea tus batallas. Solo confía que son más lo que están contigo que los que están con ellos.





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