El poder de la palabra hablada



Hay poder en tu palabra

Tenemos que tener mucho cuidado con el uso que damos a nuestra boca, ya que lo que hablamos se manifiesta en nuestras vidas. No debemos decir todo lo que nos llega a la mente, antes debemos analizar si lo que vamos a decir es de bien o de mal.

Cuando damos rienda suelta a nuestra boca sin reparar, esto nos lleva a recibir cosas inesperadas; inesperadas, porque en realidad no son deseadas por nosotros, pero que sí llegan cuando no hablamos de forma correcta; porque hay poder en la palabra hablada. 

La forma correcta de hablar es solo dejar salir por nuestra boca lo que queremos ver y recibir. Si hay algo que no quiero ver ni recibir; pues no debo decirlo, porque decirlo  puede atraerlo a mi. Es por esto que debemos filtrar los pensamientos, y clasificarlos entre los que nos hacen bien y los que nos hacen mal, y de este modo, los que no son de bien llevarlos cautivo a la obediencia de Cristo y los que sí lo son, convertirlos en palabra y pronunciarlos para que se hagan realidad en nuestra vida.

Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros.

Números 14:28

Este pueblo, Dios lo había sacado de Egipto, lo llevó de paso por desierto para llevarlo a la tierra prometida, pero ellos en el paso por el desierto solo se quejaban y murmuraban. Ellos pronunciaban palabras como estas:  

No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Números 13:30-31 

¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos!

Números 14:2

Estas son solo algunas de las palabras que ellos hablaban en aquel lugar, ellos las pronuncian sin ningún tipo de reparo, y sin pensar que las mismas podían hacerse realidad en algún tiempo. Pero realmente así fue, sus palabras fueron hechas realidad, quizás más rápido de lo que ellos pudieron imaginar.


En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí.

Números 14:29

Debemos hablar como Dios habla, ese es el uso que debemos dar a nuestra boca, porque si hablamos diferente a como Él lo hace, nuestras palabras se convierten en  murmuración contra Él. Tenemos que hablar de acuerdo a la palabra de Dios, para que los dichos de nuestra boca sean de su agrado, y de esta manera podamos recibir las promesas que Él tiene para nosotros. Las promesas están ahí, pero si lo que hablamos no está acorde a ellas, no las vamos a recibir, sino que vamos a recibir de acuerdo a lo que hablamos.

Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; Se saciará del producto de sus labios.

Proverbios 18:20

Del fruto de nuestra boca se llena nuestro vientre y del producto de nuestro labio es que nos vamos a saciar, esto quiere decir que vamos a recibir de acuerdo a lo hablamos, si hablamos bien vamos a recibir el bien y si hablamos mal vamos a recibir  el mal. Entonces, tenemos que tomar en cuenta lo que vamos a decir, para nunca dejar salir por nuestra boca lo que no queremos recibir.

La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.

Proverbios 18:21

Si vamos a recibir de acuerdo a lo que hablemos, pues, para que hablar mal, vamos siempre a hablar bien. ¿Pero cómo voy a hablar bien si no es lo que veo? La palabra dice que tú tienes poder en tu boca, entonces, declara lo que quieres ver.

Aunque no veas vida, declárala, que en tu boca hay poder. Usa tu boca para declarar lo que quieres recibir no para hablar mal. Hablas vida, salud, bienestar y riqueza; aunque estés mirando lo contrario declara el bien, porque en tu boca hay poder.

En la palabra hablada hay poder y ese poder se manifiesta cuando declara, y por tanto,  declara a las circunstancias y ellas cambiarán.

Dios te bendiga Dios te guarde.


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