No eres huérfano, tienes un Padre




El Padre Celestial


Todos tenemos un padre terrenal, algunos ya no lo tienen porque ya partió de esta tierra, y otros quizás su padre terrenal nunca estuvo ahí, pero tanto uno como el otro, deben saber que tienen un Padre Celestial. Debes saber que no eres huérfano, aunque tu padre ya haya partido de esta tierra, porque Dios es tu Padre y está ahí para lo que necesites. 

Hay personas que tienen su padre terrenal, pero es igual que si no lo tuvieran, porque nunca está en el momento necesario para su familia. Pero el que lo tiene, como el que no lo tiene, tanto uno como el otro, necesita comprender la función del Padre Celestial.

Tenemos que entender que somos hijos de Dios, que  no somos huérfanos, y que nos tenemos que mover como lo que somos: hijos del Todopoderoso. Pero muchas veces estamos como el hijo pródigo, pasando de todo en nuestro caminar como si fuéramos nada, solo por no reconocer quien es nuestro Padre y acudir a Él. Tenemos que volver en sí como el hijo pródigo, para ver todo lo que nuestro Padre Celestial tiene para nosotros.

¿De cuántas cosas estamos careciendo teniendo un Padre que es dueño de todo?

Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!

Lucas 15:17

En casa del Padre hay abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! ¿De cuantas cosas padecemos teniendo un Padre Todopoderoso? Padecemos hambre de salud, teniendo un Padre que es sanador. Padecemos escasez, teniendo un Padre que es dueño del oro y de la plata. Vivimos intimidados y con temor, con un Padre que pelea nuestras batallas y nos da la victoria, porque es Todopoderoso. Pero no aprovechamos nada de esto, porque nos pasamos el tiempo comiendo algarroba como si no tuviéramos padre.




Estamos pereciendo de muchas cosas, las cuales están en abundancia en el Padre. ¿Por qué perecemos de ellas si las tiene nuestro Padre? Porque andábamos perdidos como el hijo pródigo en caminos muy dispersos a los del Padre Celestial. Pero son muchas las bendiciones que hay en la casa del Padre para nosotros, solo que tenemos que volver en sí y levantarnos como hijos suyos para recibirlas.

Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.

Lucas 15:18

Tenemos que levantarnos como hijos de Dios y tenemos que arrepentirnos delante del Padre, para disfrutar de las bendiciones que Él tiene para todos sus hijos. Cuando nos levantamos como hijos de Dios, es porque comprendemos que tenemos un Padre, pero no cualquier Padre, sino uno que es Todopoderoso y que en Él encontramos lo que necesitamos.



Revelación del Padre Celestial


Con la revelación del Padre Celestial nuestras actitudes deben ser de más seguridad que las del hijo del presidente de una nación. Este, por ser hijo del presidente merece respeto y privilegios, él no es tratado como uno del montón, porque es hijo del presidente y le tratan como tal. Así como él sabe que es hijo del presidente, así tenemos que entender nosotros que somos hijos de Dios, para poder recibir todo lo que Él tiene para nosotros.

Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.

Lucas 15:20

El Padre sabe que somos sus hijos, y como al hijo pródigo, nos espera con los brazos abiertos. Pero nosotros tenemos que tomar la decisión de regresar a Él arrepentido, y relacionarnos con Él, entendiendo que es nuestro Padre Celestial y nosotros sus hijos.



Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

Lucas 15:22-24

Reconciliarse con el Padre trae grandes bendiciones, ya no tenemos que andar como mendigo, ni como huérfanos como antes lo hacíamos, porque el Padre da órdenes a sus siervos a nuestro favor. El nos pone vestidura nuevas,  nos da identidad y protege nuestros pies para que nuestros pasos sean firmes y seguros.

Cuando no nos relacionamos con el Padre Celestial estamos perdidos y estamos muertos, pero acercarnos a Él nos devuelve la  salvación y la vida. Él nos limpia y nos representa, quitando de nosotros toda inmundicia, impureza y falta de identidad, que nos separa de Él. No da la protección y seguridad que necesitamos como hijos suyos, para que disfrutemos de una vida plena en su presencia.

Necesitas comprender que tienes un Padre Celestial que es Todopoderoso, corre a Él a adquirir la identidad de hijo, y declárala ante cualquier situación que se te presente. Por difícil que parezca, tú le dirás: yo  no estoy solo, no soy huérfano, tengo un Padre que es Todopoderoso, que pelea por mi y me dará la victoria.

Dios te bendiga Dios te guarde.

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