Dios está en tu proceso



Viendo a Dios en el proceso


Dios está en tú desierto, aunque no lo sientas Él está ahí contigo, porque Dios nunca nos deja solo, y menos en un proceso. Pero tenemos que verlo para poder disfrutar del poder de su gloria durante el camino, porque no ver a Dios durante tu proceso es muy peligroso, porque por no verlo puedes creer que Él no está contigo, y Dios siempre está ahí.


El desierto es el lugar donde Dios menos te deja solo, por tanto, no  identificar la manifestación de su gloria allí, lo empeora todo. Dios  siempre estuvo con su pueblo en el desierto, pero ellos no valoraron ninguno de sus detalles, porque no lo pudieron ver.  En cambio, Josué y Caleb identificaron y valoraron cada detalle que  Dios hizo con ellos durante el camino y disfrutaron del poder de su gloria. 


Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis.

Números 14:9


Cuando ves a Dios en el desierto, tú no tienes miedo ni nada te  atemoriza, ves al enemigo, pero también ves a Dios contigo, y esto te  asegura la victoria. Josué y Caleb durante todo el camino habían visto  a Dios, ellos sabían que Dios estaba con ellos y que le daría la victoria,  hasta el cumplimiento de lo que Él les había prometido. Pero los  demás espías, como no tenían identidad, no le pudieron ver en el  desierto, y por tanto, no tenían ningún tipo de seguridad frente al enemigo. 

Más los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir  contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. 

Números 13-31 


Si tú no ves a Dios en tu proceso, no podrás pasar al próximo  nivel que viene después del mismo. Dios nunca te dejará solo en el  proceso, Él se manifiesta a cada instante durante el camino, para  guiarte hasta la llegada al cumplimiento de su promesa. Si tú  reconoces a Dios en tu desierto, nada puede impedir el cumplimiento  de lo que Él ha dicho. Ni el tiempo, ni las adversidades, pueden  impedir que se cumpla lo que Dios dice.  




Hay un trayecto que se podría llamar tiempo, que tenemos que  transitar para hacer nuestro lo que Dios dijo. Durante ese trayecto, el  cual usted le podría llamar tiempo o camino; se presentan muchas  cosas negativas y positivas, las cuales no podemos dejar pasar por alto  ninguna de ellas. ¿Por qué no podemos dejar pasar ninguna de ellas?  Porque debemos de identificar cada una y conocer el lugar de dónde  vienen (cuál es su origen) para no ser confundidos en el camino. 


Sabemos que tenemos un enemigo, y que tenemos un Dios que  nos promete y nos da, pero también sabemos que el enemigo se  opone siempre a que seamos bendecidos. Él no quiere que los planes  de Dios se cumplan en nuestras vidas. Y es por esto, que durante  este camino, él se nos presenta de diferente forma, para detenernos y  no dejarnos llegar a recibir lo que Dios nos prometió. Su mayor  estrategia es no dejarnos ver las manos de Dios durante el camino,  para que nos llenemos de miedo y temor y no avancemos hasta el  lugar prometido por Dios.  


Cuando nos mantenemos entretenidos en otras cosas y no  podemos ver lo que Dios hace a nuestro favor, entonces nos sentimos perdidos y no podemos accionar. Precisamente, ese es el  plan del enemigo, que te sientas sin salida y que no puedas accionar  para llegar a agarrar lo que es tuyo.


Identificar cada uno de los  acontecimientos que suceden en el camino, es de suma importancia para obtener la victoria. Identificados los mismos y valorados los que  se deben valorar, nadie nos podrá detener hasta llegar al lugar de la  promesa. 


Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel.

Números 14:8


Tú tienes que saber que Dios te escucha, que conoce tus  necesidades, que responde y que conoce tus debilidades. Él sabe si  puede seguir, y hasta donde lo puede hacer. Si te encuentras en el  desierto Él mandará su ángel a socorrerte y a fortalecerte. En  cualquier temporada de tu vida, cual sea el trato o proceso, Dios  suplirá lo que necesitas para salir aprobado del mismo. Él te dará la  fuerza y la resistencia para no enfocarte en lo que está pasando, sino  enfocarte en el poder de Dios que es por el cual sales aprobado.  



Enfocados en Dios




Enfocado en Dios, saldrá aprobado por Él. Así, aunque estés en el  desierto, tus ojos espirituales estarán abiertos para ver las obras de  Dios y dar gracias por las mismas. En vez de quejarte por lo que  piensas que perdiste, (el berro, la carne, y la cebolla); valorará lo que  Dios te está dando en el presente (el magna) y dará gracias porque te  lo dio. Tus ojos podrán ver la nube que te cubre del sol y la columna  de fuego que te alumbra en la noche. Tú darás valor a todo lo que  hace tu Dios en medio del desierto, para que no mueras en el mismo. 


Las rocas brotarán agua para saciar tu sed; y tú no pasarás por alto  acontecimientos como ese. Porque cuando es el todopoderoso que  nos lleva al desierto, solo para pasarnos por allí y luego entregarnos la tierra prometida; cuando es así, Él nos suple todo lo necesario durante el  camino.  


Durante ese trayecto, solo tenemos que conectarnos con el Padre y  mantenernos enfocados, para no quedarnos sin visión durante el  camino. Porque cuando no tenemos visión, no vemos ni valoramos  lo que Dios hace; y esto nos lleva a la muerte. 


Ayúdanos señor a ver  tu bondad y misericordia, a ver tu amor durante cualquier proceso, para así  recibir la fuerza necesaria y poder llegar a la tierra prometida. Porque  valorando sus obras nos apoderaremos de la promesa y disfrutaremos  de ella. 




Tú tienes que tener presente que tu Dios es poderoso, y nunca  olvidar lo que Él ha hecho contigo. Tener presente esto, es de mucha  importancia, ya que te mantiene con fuerza durante el trayecto. Esto,  porque tiene la seguridad de que Él lo hizo y lo volverá a hacer. Con  estas características, hicieron propia Josué y Caleb la tierra prometida.  Ellos, con su actitud diferente frente a la adversidad, lograron  obtener un premio que los demás no pudieron alcanzar. 



Con el Espíritu Santo


Necesitamos el Espíritu Santo de Dios, porque si Él está en  nosotros, en el momento de la tentación o en el momento de la  adversidad; tendremos actitudes correctas.

Con el Espíritu Santo,  estamos preparados, ya que Él nos dirige y nos guía en cualquier  ocasión. Así, no veremos grandes a aquellos que usurpan lo nuestro,  sino que estaremos convencidos de que con el poder de nuestro Dios  los venceremos. 


A nada temeremos, y tomaremos la decisión, no de acuerdo a lo  que vemos naturalmente, sino de acuerdo al que está en nosotros y con nosotros. Y así, saldremos con vida del desierto a cumplir con los  planes y propósitos de Dios. 




 

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