Como entrar en la presencia de Dios
Cuando estamos humillados al Padre esto nos ayuda a sanar toda herida y todo dolor, de esta forma son sanados y limpiados nuestros corazones, y así podemos entrar libremente a la presencia de Dios. Un corazón puro y limpio es invadido y llenado de todo lo que es Dios. Esto nos permite conectar con el Padre, ya que portar sus atributos nos mantiene conectados a Él.
Salmos 24:3/6
¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño. Él recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salvación. Tal es la generación de los que le buscan, de los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. Sela.
Los que buscan al señor, los que buscan la presencia del Dios todopoderoso, deben ser personas con manos y mentes limpias, deben ser adoradores del Dios de Israel. Los adoradores del Dios de Israel; aquellos que tienen manos y mentes limpias, a estos, Dios se hace presente, ellos permanecen en la presencia de Dios. Es a ellos que Dios escucha, hace justicia, salva y bendice.
Con las manos sucias y el corazón lleno de impureza, así no podemos entrar en la presencia del Padre. Tenemos que quitar toda suciedad de nuestras vidas, limpiar nuestras manos y nuestros corazones, para así poder entrar en su lugar santo. Pero donde existe una mente limpia y manos limpias; es ahí donde Dios se hace presente y se manifiesta. Esos son los representantes del reino de los cielos, aquellos de manos y mentes limpias.
Debemos concentrarnos solo en Dios y en su reino, para entrar en su presencia y permanecer en ella. Y así de este modo, poder recibir las bendiciones que vienen de Él, y que Él, el Dios de salvación nos haga justicia cuando estemos en necesidad.
En esta condición de manos limpias y corazón puro, no hay nada que pueda estorbar tu clamor, no hay nada que pueda impedir que llegue al Padre, porque esta condición se alinea con la presencia de Dios. Según esté tu corazón, dependiendo de que esté lleno, éste te da una posición en el mundo espiritual. Si tu corazón no guarda maldad, sino los atributos del Padre; esto te abre paso y te mantiene conectado a su presencia. La presencia del Señor es una delicia, y ahí no falta nada.
Cuando tú estás en este nivel, tu vida es un deleite, porque vives en la presencia y la presencia es una delicia: es paz y gozo continuo, a pesar de lo que esté pasando en tus alrededores. En cambio, si hay maldad en el corazón del hombre, no habrá manifestación de la gloria de Dios, porque no hay presencia sin arrepentimiento. Por más que el hombre clame, hasta no reconocer lo que hay en su corazón, y cambie lo que a Dios no le agrada por aquello que sea de su agrado, tendrá la ausencia de la presencia del Padre; porque Dios no hace acto de presencia donde hay impurezas.
Mateo 5:8
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Para que el Padre se haga presente, tiene que haber un corazón limpio, listo para Él habitar. Lo impuro tiene que ser sacado hacia fuera, y en su lugar, colocado los atributos de Dios; para así tener esa paz y ese gozo que solo da su presencia.
Arrepentido y humillado
David entendía muy bien el secreto para habitar en la presencia del Padre. Él sabía que el pecado lo alejaba de Dios, y es por esta razón que cuando le es profetizado su pecado, él lo reconoce y se humilla delante de Dios y le suplica que lo limpie de su maldad.
Salmos 51:7-12
Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.
Para entrar y permanecer en la presencia del Padre, tenemos que reconocer cuando fallamos, y dirigirnos a Él en esa misma posición. Tenemos que ser como el salmista, que reconocía su pecado y sabía que solo Dios lo podía limpiar de ellos. Él comprende sus fallos y se dirige al Padre a pedir perdón, porque él no quiere estar fuera de su presencia.
La presencia de Dios no se conquista por un lugar en específico, sino con tu relación con Él. Y haciendo los cambios necesarios, quitando de nosotros todo lo que a Él no le agrada y sustituirlo por aquello que es de agrado.
¿Cuál es nuestra condición ante Dios? Tu condición no es más que lo que guarda tu interior, que son las acciones e intenciones de tu corazón. Todo esto, Dios lo conoce, lo cual se convierte en tu condición ante Él, porque Él sabe lo más profundo del interior del hombre. Pero hay privilegios para los que tienen una condición agradable a los ojos del Padre.
Juan 14-23
Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
Ya ves, Dios hace acto de presencia con los que le aman y guardan su palabra. Jesús dice claramente, quienes son los que entran a la presencia de Dios. Él nos dice con quienes Él y el Padre vendrán y harán moradas, es con los que lo aman y su palabra guardan. Claro está, que los que aman a Dios tienen manos y mentes limpias y, por tanto, estos son los que oyen y obedecen los mandamientos y enseñanzas de Dios. Estos, nunca están solos, Dios siempre está presente, aunque no lo vean ni lo sientan.
Si eres de los que ama a Dios, y ese amor te lleva al cambio y a la transformación; si te llevas a una vida sana y limpia, entonces nunca estarás solo. ¿Por qué no estarás solo? Porque eres tú aquel que ama a Dios. Y los que aman al Padre su palabra guardan, y con los que la guardan, es que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; vendrán, y harán moradas.
Es por esto que nuestra alma debe estar limpia, como dije anteriormente, solo concentrada en Dios, para que de este modo nuestro corazón sea limpio, y así poder amar la palabra y guardarla. Y así estaremos listos para que Él Padre y el Hijo vengan a hacer morada con nosotros y permanecer en su presencia y disfrutar de ella.
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