Como sanar el alma y las heridas del pasado


Las heridas del pasado

Como seres humanos tenemos diferentes condiciones de vida, lo que quiere decir que hemos pasado por diferentes dificultades que nos han marcado el alma de forma negativa, a tal punto, que nos han llevado a vivir  una vida de caos y desorden. Muchos de estos acontecimientos pueden haber ocurrido en nuestra niñez, y que en la adolescencia y adultez, aun están ahí ocasionándonos problemas. ¿Y cómo podemos llamarle a todo esto?  Son heridas del pasado, las cuales si no las sanamos, nos seguirán haciendo daño. 


Tenemos que reconocerlas y entender que están en nosotros, para de este modo sacarlas y evitar que nos sigan ocasionando dolor como nos han hecho hasta ahora.

Vemos en la santa palabra de Dios como  el salmista decía, él le hablaba a su alma: 


Salmos 42:5 

¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.


 En David había algo que le atormentaba, que le turbaba, esto lo quería hacer desesperar, pero él sabía cómo contrarrestar la tormenta que tenía en su interior causada por los acontecimientos del pasado, y sabía a dónde acudir para sanar su alma.


Salmos 119:25 

Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra. 


En cualquier situación el salmista confiaba, se apegaba a Dios y su palabra. Es cuestión de creer plenamente en Dios, y confiar en que en su palabra está todo lo que necesitamos. David decía: vivifícame según tu palabra. En otra palabra él estaba diciendo: estoy muriendo, pero estoy seguro de que en ti ( en tu palabra) hay vida. Esta es la posición que necesitamos para sanar todo dolor y toda herida del pasado y disfrutar la sanidad interior..

 


PARA VIVIR EN LIVERTAD





Es cuestión de poner todo lo que nos atormenta en las manos de Dios, quitar la mirada de ellos, y enfocarnos en Dios y en su santa palabra. De este modo se va todo dolor y toda desesperación.


Muchas veces se nos quita el deseo de vivir y solo nos queda el deseo de morir  por tanto dolor acumulado en nuestro interior, pero hay un camino para ser libre de todo esto, ser libre de todo dolor y recuperar ese deseo de vivir que tanto anhelamos y vivir en libertad. 


Salmos 119:28 

Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra.


Aquí el salmista nos indica lo que debemos hacer cuando tenemos esa guerra en nuestro interior, debido a los acontecimientos del pasado. Es una guerra interna causada por el enemigo para esclavizarnos y mantenernos en derrota, esta nos produce ansiedad para llevarnos a la desesperación, y por ende, a cometer errores mayores. Pero dice el salmista: susténtame según tu palabra. Esto quiere decir, que la palabra de Dios es la solución para contrarrestar las guerras internas de nuestro interior y ser libres de todo dolor del alma.


Salmos 119:28 

Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra.


Para sanar el alma solo tenemos que cambiar todo aquello que está ocupando nuestro interior, quitarlo y en su lugar colocar la palabra de Dios. Haciendo esto serán cambiados tus pensamientos, tu lenguaje y por ende, tus acciones, y comenzarás un nuevo día. Resplandecerá la vida de Dios en ti desde el mismo momento que sustituya lo que tienes dentro y coloques allí la palabra de vida que es la palabra de Dios.


Salmo 63:8 

Está mi alma apegada a ti; Tu diestra me ha sostenido.  


Es que cuando sacamos las cosas negativas de nuestras vidas y allí colocamos las positivas de Dios, todo nuestro ser funciona de forma diferente, porque ya no tenemos el alma apegada al pasado, sino a Dios, y del mismo modo Él se manifiesta, porque hemos transformado nuestro interior en nuestra vida. 



Firme en la palabra de Dios






Es cuestión de cambiar de posición para ver a Dios en nuestras vidas. Mientras que antes meditabas en los acontecimientos negativos del pasado, ahora te deleitas en la palabra de Dios que te da vida. Antes era una persona llena de dolor y amargura, pero ahora será una persona libre de todas las ataduras del pasado. Ese cambio interno que ha surgido en tu vida,  lo verán y disfrutarán todos los que te rodean; porque si antes vivía en angustia, ya estarás en gozo, si vivía en ansiedad, ya estará en reposo y paz. No será débil, sino fuerte por el poder de Dios en ti.


Salmos 1:⅓  Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.


Todo esto, porque has decidido meditar en Dios y su palabra, borrando así de tu interior toda basura del pasado que te atormentaba y  te hacia vivir en esclavitud. Porque has tomado la decisión de deleitarte en la palabra de Dios, en lugar de maltratarte con todo aquello que solo te limita y no te deja avanzar. Por todo esto, darás frutos, porque has decidido cambiar tus pensamientos y sanar tu alma borrando toda herida del pasado y ser una nueva criatura en Dios. 


Si tu alma está sanada, tu victoria estará asegurada, porque verás de acuerdo a lo que tienes dentro, y así actuarás. Un corazón sano es un corazón en libertad, y así se puede percibir en sus alrededores. Es por esto que deben ser sanadas todas las heridas del pasado, para estar listos para recibir lo nuevo de Dios en nuestras vidas. 


Necesitamos un corazón libre del pasado, libre de toda angustia y de todo dolor; un corazón totalmente dependiente de Dios.  Porque un corazón herido brota hacia afuera de acuerdo a sus heridas, y un corazón en este estado no puede tener victoria; porque lo que sale del mismo, lo daña todo. Sin embargo, un corazón en las manos de Dios, ya sanado, toda palabra que sale por la boca es bendición.




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